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Auge y declive de Camden Town

24 noviembre 2008

El mercao de Camden Town es bien famoso para aquellos turistas «alternativos». Tanto tanto, que ya no es alternativo a nada, y familias enteras vienen a fotografiarse con los punkis del canal como quien se fotografía con los guardias esos de sombrero alto y guerrillera roja.

Por lo cual le podríamos llamar el «Nirvana» de los sitios turísticos de Londres, cosa de no poca honra. Veamos por qué en detalle.

Auge

El primer mercado en Camden Town fue de artesanías y abrió en 1973 a orillas de Regent’s Canal -antigua vía de transporte de mercancías, por entonces ya en desuso-, sobre edificios industriales y almacenes a los que el progreso había dado la espalda. Se fue extendiendo rápidamente, mimetizándose con la antigua infraestructura: aquí las tiendas se albergan bajo los arcos de un treneducto, allí se utiliza la estructura de un hospital para caballos, etc. en un claro ejemplo de ese reciclaje arquitectónico al que tanta afición le profesan los británicos (y que tanto deleita a servidor).

Pero su caracter tal vez se lo fuera confiriendo el cercano Roundhouse. El Roundhouse es un edificio construído en 1846 para que las locomotoras de vapor pudieran dar la vuelta, y de paso repararlas y quitarles las cenizas, que se comenzó a utilizar como sala de conciertos en los 60 -qué mejor lugar para la música in que uno reciclado-. Por nombrar un par de ejemplos, diré que fue en el Roundhouse donde los Doors dieron su único concierto en el Reino Unido (1968); y los Ramones su primero, en 1976. Aten cabos.

Alrededor de esos conciertos florecieron la moda y la cultura relacionada con este tipo de música, e hicieron de Camden Town su epicentro durante años. Por nombrar otro par de ejemplos, Madness tuvo aquí en los 80 su morada espiritual (en el Dublin Castle, Parkway), y Pulp lo nombra en alguna canción de su álbum Different Class (1994).

Con este caldo de cultivo, el mercado se ha hecho enorme y ha acabado comprendiendo cinco zonas diferentes (Camden Market, Camden Lock, Canal Market, Stables e Inverness Street), además de numerosas tiendas, bares y clubs. En ellas podemos encontrar todo, o casi todo, que no es lo mismo, pero es igual: ropa vieja, hortera o gótica, cosas usadas y nuevas, caras y baratas, grandes y pequeñas, exposiciones, comida de aquí y allá, y gente de lo más variopinta, entre muchas otras cosas más.

Y tras liquidar de un plumazo cuatro décadas de música moderna, desde los sesenta hasta los noventa, nos cabe preguntar: y en los cero, ¿qué?

Declive

El tiempo, la fama y el dinero han traído a buitres que se han comido o dejado sin pan a los comercios tradicionales (Velvet Illusion, con los coches letreados, Black Rose, con su Drácula custodio, han quedado reducidos a una broma en los últimos tres años). Chinos con comida de dudosa reputación inundan los establos, tiendas de ropa colorida y de mal gusto sustituyen a pubs legendarios. Artistas o diseñadores de moda alquilan un pequeño puesto con la esperanza de ganarse el pan con su arte, hasta que el coste y las largas horas de trabajo (¡en fin de semana!) acaban con ellos. Y para rematar, el reciclaje arquitectónico se olvida con el olor del dinero, y empieza la muerte de los antiguos espacios enladrillados en favor del cristal y el acero. Los nuevos edificios acogerán muchos más puestos… de abalorios chinos y cosas rosas.

Pero lo que ha sido ha sido, y como quien va a la Bastilla de París sólo por ver una plaza fea, la visita a Camden Town es obligada, curiosa y divertida.

Cómo visitarlo

Coloco a continuación un mapa que he diseñado en exclusiva para las lectoras y lectoros de este diario-e, que les brindará grandes satisfacciones a la hora de visitar tan mítico emplazamiento, y les desviará del recorrido ovejuno habitual para ver en una hora algunas maravillas de sus alrededores:Mapa Camden Town

Las condiciones ideales para esta ruta son las siguientes, y en ese orden: fin de semana, barriga vacía, primavera. Lo primero es importante para el punto segundo, lo segundo para el undécimo y lo tercero para el quinto, si es que se me entiende.

1.- Suponemos que usted llega en metro y se baja en la estación de Camden Town, o tal vez llega en bus con la ayuda de esta guía.

Camden Lock. El dedo señala el puesto de hmaburguesas veganas.

Camden Lock. El dedo debajo de "food" señala el puesto de haburguesas veganas.

2.- Se pone a caminar en la dirección lógica: tomando Camden High Street hacia el norte. Se encuentra con tiendas, mercados, punkis, turistas españoles, cruza el canal, compra un zumo de naranja al negrito de sombrero fruteado de debajo del puente, una hamburguesa vegana casera un poco más adentro (donde la «o» de «Camden Lock» en el mapa), entra a los establos. Puede aprovechar para hablar con los locales y mostrar su afición por la vida y obra de Sid Vicious, pero no lo hace. En cambio visita Cyber Dog, «la tienda cyberpunk con vestidos ciencia-ficticios, complementos biónicos, trajes galácticos«. Sale de los establos y sigue caminando por la misma calle, que ahora se llama Chalk Farm Road. Este cachillo se le hace más aburrido, pero con una mirada detenida descubre unos cuantos pubs con gente guapa. Por fin llega al…

3.- …Roundhouse, edificio declarado de interés histórico, y recuerda todo lo que he dicho anteriormente.

4.- Gira por Regent’s Park Road y se sorprende con un grafiti legendario de Banksy. Sigue caminando, fortaleciendo las piernas, y tras pasar el puente de la vía llega a un barrio muy inglés y muy bonito, Primrose Hill, con sus casas y sus tiendas tradicionales. Aprovecha para conversar por la gente local y muestra su admiración por la familia real británica. Se despide cordialmente y entra en el parque del mismo nombre, y sigue fortaleciendo la masa muscular del pernil.

Londres a sus pies y a los de los marcianos.

Londres a sus pies y a los de los marcianos.

5.- Llega a este punto álgido. Contempla Londres a sus pies, y hace una foto panorámica con la que sorprenderá, qué duda cabe, a su familia y amigos. Aprovecha para pegar la oreja a un señor cuarentón entendido que explica a sus acompañantes que aquí hubo instalada una batería antiaérea en tiempos de la II Guerra Mundial. Los acompañantes afirman pensativos, poco les cuesta ver el porqué; y nadie se da cuenta, pero usted ya ve aparecer una tanda de aviones de alas redondeadas por el sudeste, y se imagina el humo viniendo de más allá, la sirena, los gritos del mando, el ruido, el olor a pólvora. Mientras tanto, la mente del señor cuarentón retrocede cuarenta años más y, aunque no lo dice, se imagina una colonia marciana en desarrollo, según leyó en La Guerra de los Mundos, y comprueba con horror que aquello que se mueve en el aire es un hombre, un instante después lo ve desaparecer y a continuación escucha un grito terrible y el gozoso ulular de los marcianos. «Enrique Iglesias. Creo que vive por aquí», dice alguien de pronto, y tanto el señor cuarentón como usted experimentan un gatillazo intelectual. Tras unos segundos en blanco, se pone una alarma mental: ver en Wikipedia qué pasó y quién vive o vivió en Primrose Hill en cuanto llegue a casa. Londres nunca dejará de sorprenderle, piensa.

6.- Baja al estilo salchicha, con cuidado de no atropellar a ningún peatón. Sale por la esquina sudoeste del parque y cruza el canal por el puente que queda enfrente.

7.- Contempla en este punto las cebras y las jirafas y algún otro animal extraño cuyo nombre no conoce.

8.- Cruza el mismo puente de vuelta y, nada más dejarlo a mano izquierda baja al canal por un camino empínadísimo abierto entre la maleza. Ve la opción de una rampa asfaltada un poco más arriba pero, por supuesto, la desecha.

9.- Pasea por el magnífico canal, admirando las barcazas, observando las aves acuáticas, respirando el aire limpio. Ve jabalises y hienas y otros pájaros, encerrados. Contempla las casas, al otro lado, con sus jardines, sus minipuertos y sus barcas, y se imagina cambiando su octavo por una de ellas. Súbitamente recuerda la descripción del poeta loco Rabdul Al-Hazred, y se propone releerla cuando llegue a casa.

10.- Compra lo que no había comprao antes.

11.- Come hasta reventar en este bufet libre de comida vegana tailandesa, por sólo £5.50! (£6.50 a partir de las 5 de la tarde o en domingo).

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Entradas primas-hermanas
* La Banda del Coche, sobre una banda que solía tocar en el techo de su coche rojo por las calles de Camden Town.
* Predicadores, con fotos del predicador local, que suele desarrollar su misión proselitista a la salida de la estación de metro de Camden Town.